La importancia de la educación emocional
Tradicionalmente se ha relacionado el Cociente Intelectual (CI) con la probabilidad de tener una mayor éxito en la vida. Esto sucedía porque se consideraba que la inteligencia era única y podía medirse a través de este cociente. Actualmente se sabe que no existe una única inteligencia, sino que son varias, y que estas no son algo fijo o estático sino que son capacidades que podemos entrenar y potenciar de forma continua a lo largo de nuestras vidas. Son numerosas las investigaciones que han concluido que el CI repercute tan sólo un 20% en el éxito personal y profesional, mientras que otras capacidades, como en este […]
Cuando hablamos de educación sexual, o sexualidad, llega casi inevitablemente a nuestra mente la etapa de la adolescencia. Como padres y educadores, nos puede preocupar la llegada de este momento en el que tengamos que abordar dudas, explicar inquietudes, transmitir información relevante o vivir situaciones nuevas en relación a la sexualidad. Pero, una pregunta clave que nos ayudará a reflexionar durante las línea siguientes y que será el tema que aquí nos ocupa es, 
Tras ser invitados a la XIII Jornada sobre Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), organizada por la Fundación Educación Activa, nos gustaría ofrecer información sobre este problema y las repercusiones que conlleva tanto en la persona que lo padece como en su entorno.
¿Por qué en el colegio nos enseñan las tablas de multiplicar y no inteligencia emocional?
En Áncora Gabinete de Psicología sabemos que educar a nuestros hijos es siempre complicado, y después de las vacaciones cuesta más volver a retomar hábitos, por eso ponemos en marcha la
Llegan las vacaciones y el fin de las clases y por ello queremos recordarte tres puntos clave a tener en cuenta con tu hijo dadas las fechas en las que nos encontramos.
Hoy os hablamos sobre una herramienta cuyo objetivo es ayudar a los niños a controlar la impulsividad y las conductas agresivas: La Técnica de la Tortuga.
María no quería ir al cole. Le dije “si, vamos a ir. Se acabó el protestar, te vienes porque lo digo yo y ya está”. Dijo que no y entonces se lo repetí de nuevo y otra vez volver a repetir levantando cada vez más la voz. Terminamos yendo al colegio con llantos, sin desayunar, enfadada y agotada. No se que hacer.