PENSAMIENTO OBSESIVO, NECESIDAD DE CONTROL, PERFECCIONISMO, EXIGENCIA…

A menudo acuden a consultas personas angustiadas porque no son capaces de controlar sus pensamientos. Relatan que “no puedo parar de darle vueltas a las cosas…”, “me rayo por todo…” “le doy demasiada importancia a todo…”.

Estaríamos hablando de personas con pensamiento obsesivo que no cumplen los criterios diagnósticos para ser un trastorno obsesivo compulsivo, pero que si viven con angustia y descontrol esta sensación obsesiva.

La sociedad en la que vivimos, una educación estricta que hemos podido recibir en casa de pequeños, la necesidad de asegurarse un futuro en los tiempos de crisis en los que vivimos, la competitividad… hacen que esté bien visto el ser perfeccionista y exigente. El problema es el alto precio que hay que pagar por ello. Por normal general este tipo de personas cada vez es más y más exigente y cada vez quieren controlarlo todo más y más. Y cuantas más cosas quieran controlar, más difícil será, más se les escapará de las manos y más ansiedad les generará esta falta de control.

Las características que suelen presentar este tipo de personas son las siguientes:

– Son personas con una elevada necesidad de control en su vida cotidiana.

– Suelen gestionar mal la incertidumbre.

– Son personas con baja tolerancia a la frustración.

– Manejan muy mal los errores.

–  Siempre están con la idea de que se puede hacer mejor. O que no se hizo lo suficientemente bien.

– Al plantear su vida de esta manera dejan un margen de fracaso muy grande frente a un escaso margen de éxito.

– Suelen anticipar en negativo, emplean su tiempo pensando en todo aquello que puede salir mal e intentar buscar las soluciones a aquellos posibles problemas futuros

– No suelen vivir en el tiempo presente. Ya que su cabeza suele estar más posicionada en el futuro.

– No piden ayuda, no les gusta delegar.