Logopedia
Desde Áncora Gabinete de Psicología planteamos tratamientos dirigidos a cubrir las necesidades de estimulación y rehabilitación del lenguaje, de cara a potenciar sus habilidades de comunicación, tanto a nivel de lenguaje comprensivo como expresivo.
Distinguimos entre:
1.1. RETRASO SIMPLE DEL LENGUAJE (RSL)
Retraso en la aparición o en el desarrollo de todos los niveles del lenguaje (fonológico, morfosintáctico, semántico y pragmático), que afecta sobre todo a la expresión y, en menor medida, a la comprensión.
A los 3 años de edad aproximadamente un niño ya tiene configurado su con las normas gramaticales que caracterizan el de los adultos. En el RSL, la aparición del lenguaje y la expresión es más tardía de lo habitual (la aparición de las primeras palabras se retrasa hasta los dos años), y se desarrolla lentamente y desfasada con respecto a lo que cabe esperar de un niño de esa edad cronológica. El niño no utiliza artículos, ni posesivos y su nivel de vocabulario es muy pobre.
Síntomas:
– Retraso en la aparición de las primeras palabras.
– Habla infantilizada con omisión de consonantes/ sílabas iniciales.
– Reducción de la estructura silábica.
– Sustitución de fonemas.
– Vocabulario reducido.
– Lenguaje telegráfico o inversión en la secuencia normal de la frase.
– Dificultad en el uso de artículos, posesivos, plurales y tiempos verbales.
– Uso de frases sencillas (mayoritariamente coordinadas), dificultad en el uso de subordinadas y yuxtapuestas.
Generalmente el niño con RSL presenta otros signos asociados como ciertas dificultades en el desarrollo motor, especialmente en movimientos que requieren motricidad fina, dificultades de relación social con otros niños, y dificultades en la adquisición de conceptos. Generalmente estos síntomas asociados, suelen presentar una evolución positiva hasta la aparición del lenguaje normal.
Nuestro tratamiento:
El tratamiento en ciertas ocasiones debe ir dirigido tanto al niño como a sus padres ya que en ocasiones es preciso modificar ciertas actitudes (sobreprotección, poca estimulación…) y enseñar técnicas que ayuden a estimular el lenguaje.
Se aconseja iniciar la reeducación lo más pronto posible, ya que si además existen síntomas asociados, cuanto antes se inicie la intervención, más leves serán dichos síntomas y podrán alcanzar un desarrollo evolutivo normalizado, acorde con su edad cronológica.
Hay que tener en cuenta además, que los niños con retraso del lenguaje son mucho más susceptibles de tener dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura. Esta situación de riesgo es tanto mayor cuanto mayor sea el niño.
1.2. TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE (TEL)
El Trastorno Específico del Lenguaje, también denominado disfasia, es un trastorno grave y duradero que afecta a la adquisición del lenguaje desde sus inicios, se prolonga durante la infancia y la adolescencia, pudiendo dejar en algunos casos secuelas significativas en la edad adulta.
Síntomas:
– Nivel lingüístico inferior a lo esperado para el grupo de edad (se considera que tiene que existir un retraso de al menos 12 meses).
– Los déficits afectan a la competencia lingüística (comprensión y producción).
– Dificultades en los aspectos funcionales del lenguaje. Predominio de la función instrumental y reguladora.
– Pobre intención comunicativa.
– A nivel comprensivo presentan muchas más dificultades que los niños con RSL y manifiestan alteraciones en la lectoescritura, lectura, ortografía y redacción. Aunque el nivel de comprensión suele ser mejor que el de expresión.
– En cuanto a la expresión, la reducción de los patrones fonológicos es más evidente que en el RSL. Tienen dificultades en la emisión de palabras y la estructura sintáctica es inadecuada. El vocabulario además de ser reducido es impreciso desconociendo incluso el nombre de objetos familiares.
Además el TEL suele llevar una sintomatología asociada, variable en cada caso que puede conllevar dificultades en la motricidad, retraso en los aprendizajes básicos, problemas en la memoria secuencial.
Nuestro tratamiento:
No se debe esperar. La idea de que hasta los 4 ó 5 años no es conveniente intervenir en este trastorno es errónea. Debe intervenirse desde el principio; en concreto desde que se detecta un inicio tardío. Tras la necesaria evaluación, debe enseñarse a los padres a poner en práctica estrategias que van a favorecer el desarrollo del lenguaje
Resulta difícil establecer la frontera entre el retraso del lenguaje y el retraso específico del lenguaje, muchas veces el diagnóstico viene determinado por la falta de evolución ante la intervención y el nivel de la gravedad de la sintomatología.
2.1. DISLALIAS.
Consiste en la alteración sistemática en la pronunciación de un determinado fonema, producto de la persistencia de formas de articulación inmadura, (dislalia evolutiva) por malformación de alguno de los órganos bucofonatorios (dislalias orgánicas), originadas por problemas auditivos (dislalias audiógenas), o debido a una mala coordinación de los movimientos para articular los fonemas (dislalias funcionales).
Síntomas:
– Omisiones, El niño omite el fonema que no sabe pronunciar. “tes” en lugar de “tres”, “revisión” por “televisión”.
– Sustituciones, Error de la articulación en que un sonido es reemplazado por otro. “cato” en lugar de “gato”, “efcuela” por “escuela”.
– Inversiones, Consiste en cambiar el orden de los sonidos. “permio” en lugar de “premio”, “cocholate” por “chocolate”.
– Adiciones, Consiste en intercalar junto al sonido que no puede articular, otro que no corresponde a la palabra. “balanco “ por “blanco”
– Distorsión del fonema. Cuando la articulación es casi correcta.
Los fonemas más afectados en el idioma castellano son: S, R, L, D y Z.
Para la denominación de las distintas dislalias, según el fonema afectado, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema de que se trate, con la terminación “tismo” o “cismo”. Así hablaremos de:
- Rotacismo: la no articulación del fonema /r/.
- Ceceo: pronunciación de /s/ por /z/.
- Seseo: pronunciación de /z/ por /s/.
- Sigmatismo: la no articulación del fonema /s/.
- Jotacismo: la no articulación del fonema /x/.
- Mitacismo: la no articulación del fonema /m/.
- Lambdacismo: la no articulación del fonema /l/.
- Numación: la no articulación del fonema /n/.
- Nuñación: la no articulación del fonema /ñ/.
- Kappacismo: la no articulación del fonema /k/.
- Gammacismo: la no articulación del fonema /g/.
- Ficismo: la no articulación del fonema /f/.
- Chuitismo: la no articulación del fonema /ch/.
- Piscismo: la no articulación del fonema /p/.
- Tetacismo: la no articulación del fonema /t/.
- Yeismo: la no articulación del fonema /ll/.
- Chionismo: sustitución de /rr/ por /l/.
- Checheo: sustitución de /s/ por /ch/.
Se espera que un niño de 4 años pronuncie adecuadamente la mayoría de los fonemas, y que un niño de 6 años los pronuncie todos normalmente. Cuando se produce una alteración en la articulación que dificulta la comunicación, es recomendable la derivación del niño independientemente de su edad.
Nuestro tratamiento:
La terapia se suele basar en la realización de ejercicios para mejorar la musculatura y posicionamiento correcto de los órganos que intervienen en la producción de los fonemas alterados, así como en la realización de ejercicios de control de la respiración, control del ritmo, identificación y diferenciación de fonemas semejantes… todo ello se realiza a través de juegos, ya que la terapia con un componente lúdico es la más efectiva a estas edades.
Para que la terapia sea eficaz es importante que los padres se impliquen y ayuden al niño también en su propio hogar.
2.2. DISFEMIA
La disfemia es una alteración en el ritmo del habla que básicamente se manifiesta con interrupciones en la fluidez del habla. La producción es interrumpida por una producción anormal de repetición de segmentos, sílabas, palabras o frases, por obstrucciones del flujo de aire, por prolongaciones anormales de segmentos de sonidos o por extraños patrones de entonación y tempo. Se desconoce su causa, podría deberse a una interacción de factores orgánicos y factores ambientales.
Nuestro tratamiento:
El tratamiento de la tartamudez irá precedido de una evaluación completa del niño y de las características de su tartamudez. Con esta información, se estructurará un programa individualizado y adaptado al caso concreto.
La intervención con las y los disfémicos, abarca varios tipos de actividades. En algunos casos es necesario trabajar en cada uno de los apartados, pero en otros, es necesario incidir sólo en algunos aspectos, como la respiración, relajación, control del ritmo, ejercicios de repetición progresiva, y ejercicios para el control del habla que tienen como objetivo lentificar el ritmo de habla y en consecuencia simplificar los procesos implicados en la misma (silabeo, alargamiento, suavización,).
Además de todos los factores expuestos anteriormente, que inciden directamente en el habla de la persona disfémica, un aspecto fundamental es la planificación, organización y secuenciación del discurso.