Dificultades de aprendizaje
Las dificultades de aprendizaje son un término general que describe problemas de aprendizaje específicos que pueden causar que una persona tenga dificultades aprendiendo y usando ciertas destrezas. En Áncora llevamos a cabo programas dirigidos a ayudar a aquellos niños y niñas que presentan ciertas dificultades en estas destrezas: la lectura, escritura, razonamiento y habilidades matemáticas, que interfieren en su ritmo de aprendizaje.
Las principales dificultades de aprendizaje que trabajamos desde Áncora son:
1.DISLEXIA
Es una grave dificultad con la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional. Se caracteriza porque las adquisiciones del individuo en el de la lectura, la escritura y el deletreo, están muy por debajo del nivel esperado en función de su inteligencia y de su edad cronológica. Es un problema de índole cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la modalidad escrita, particularmente el paso de la vía visual a la verbal, la memoria a corto plazo, la percepción del orden y la secuenciación. M.Thomson.
La mayoría de los estudios coinciden en que la dislexia se transmite de forma genética, y por ello, resulta muy frecuente encontrar en una familia a más de una persona con dislexia.
Síntomas:
En la etapa de los 7 años los síntomas más habituales son:
– Omisiones, sustituciones, inversiones, distorsiones o adiciones de letras, sílabas y/o palabras;
– Rectificaciones, lectura lenta con vacilaciones, silabeos y pérdidas de la línea;
– Falta de comprensión lectora debido al sobreesfuerzo del/la alumno/a para descodificar los símbolos.
En niños/as entre 2º y 3º de Primaria, podemos encontrar una mayor dificultad en relacionar ciertas letras con sus sonidos correspondientes, por lo que la lectura sigue siendo demasiada lenta e insegura para su edad.
Durante los cursos de 3º y 4º de Primaria los/as alumnos/as han podido aprender dichas correspondencias, pero debido a la gran dificultad y sobreesfuerzo por automatizar la lectura de sílabas, la lectura continúa siendo muy laboriosa y lenta.
En los cursos superiores el alumnado afectado puede presentar problemas en reconocer palabras completas, por lo que su lectura tiene que realizarse muy despacio para poder leer correctamente, y en ocasiones presentan dificultades de comprensión lectora por leer incorrectamente algunas palabras o por el esfuerzo que supone el descifrado en detrimento de la abstracción de ideas.
A pesar de que existen numerosas clasificaciones y nomenclaturas, en este caso estableceremos la clasificación de los tipos de dislexia en función de las rutas de procesamiento o acceso al léxico que están afectadas, por lo que podemos diferenciar entre:
· Dislexia fonológica o indirecta. Se corresponde con el mal funcionamiento de la ruta fonológica. Este tipo de dislexia dificulta la lectura de palabras largas y poco frecuentes y de palabras funcionales e imposibilita la lectura de pseudopalabras, donde suelen cometer muchos errores visuales que provocan lexicalizaciones, es decir, leen “espada” cuando pone “espaca”. También presentan numerosos errores morfológicos o derivativos en los que mantienen la raíz de las palabras pero cambian los morfemas.
· Dislexia superficial. Conlleva el mal funcionamiento de la ruta visual, léxica o directa. Tendrá problemas a la hora de leer palabras irregulares, (por ejemplo de la lengua inglesa), tendiendo a regularizarlas, por lo que normalmente comenten numerosos errores de omisión, adición o sustitución de letras. Tienen mayores problemas con la ortografía arbitraria y suelen confundir las palabras homófonas.
· Dislexia mixta o profunda. Se caracteriza por presentar déficits en ambas rutas, lo que provoca que se comentan errores semánticos, es decir, que se lean unas palabras por otras que no tienen ningún parecido visual pero sí semántico.
Nuestro tratamiento:
Planteamos una intervención globalizada, partiendo de una evaluación previa que comprende la revisión de las distintas áreas implicadas en la lectoescritura, y otras áreas relacionadas (atención, memoria, capacidad cognitiva…) así como un análisis detallado de los errores que comete en alumno/a. Una vez identificados los errores y confirmada la presencia de este trastorno, se inicia un plan individualizado en función de las características del individuo, trabajando desde las distintas áreas y con ejercicios específicos para rehabilitar las dificultades evaluadas.
2. DISGRAFÍA
La disgrafía es la dificultad para coordinar los músculos de la mano y del brazo para poder dominar y dirigir el lápiz para escribir de manera legible y ordenada. Encontramos diferentes tipos:
- Disgrafía Motriz: Trastornos psicomotores que perturban la dinámica de la escritura. Comprende la relación existente entre grafema y fonema, es decir, entre los sonidos escuchados, y que él mismo pronuncia perfectamente, y la representación gráfica de estos sonidos; pero encuentra dificultad en la escritura como consecuencia de una motricidad deficiente. Se manifiesta con lentitud, movimientos gráficos disociados, signos gráficos indiferenciados, manejo incorrecto del lápiz y postura inadecuada al escribir.
- Disgrafía perceptiva: Se manifiesta por la dificultad para reproducir las letras o palabras pero que no responden a un trastorno exclusivamente motor, sino a la mala percepción de las formas, a la desorientación espacial y temporal, a los trastornos de ritmo, etc., comprometiendo a toda la motricidad fina
Nuestro tratamiento:
El tratamiento tiene por objetivo recuperar la coordinación óculo-manual, la adquisición del esquema corporal, la percepción y atención, estimular la coordinación visomotriz, y corregir la ejecución de los movimientos básicos que intervienen en la escritura así como trabajar conceptos como presión, fluidez, adaptación a la pauta, corrección de la postura del cuerpo, dedos, mano y el brazo y la posición frente el papel.
La disortografía es la dificultad en el dominio de los principios ortográficos. Es la repetición una y otra vez de los mismos errores sin poder subsanarlos ni asimilar las reglas ortográficas.
4. DISCALCULIA.
Es la dificultad para realizar operaciones matemáticas, memorizar tablas de multiplicar, identificar signos matemáticos, etc., sobre todo, por carecer del pensamiento abstracto necesario para el cálculo.
Nuestro tratamiento:
La intervención debe plantearse a partir de los resultados de la evaluación neuropsicológica, ya que ésta nos indica los puntos fuertes y los débiles del niño/a evaluado.
Para proceder a la re-educación del niño debemos emplear objetos que le permitan relacionar la cantidad con un símbolo numérico, para instaurar en el niño la noción de cantidad y la exactitud del razonamiento. Se trabajan conceptos como los números, habilidades de cálculo, resolución de problemas, estimación, medidas y nociones geométricas,
Para fortalecer el conocimiento y la utilización de los números, se hace uso de materiales atractivos y actividades de juego.