Cuando hablamos de educación sexual, o sexualidad, llega casi inevitablemente a nuestra mente la etapa de la adolescencia. Como padres y educadores, nos puede preocupar la llegada de este momento en el que tengamos que abordar dudas, explicar inquietudes, transmitir información relevante o vivir situaciones nuevas en relación a la sexualidad. Pero, una pregunta clave que nos ayudará a reflexionar durante las línea siguientes y que será el tema que aquí nos ocupa es, ¿cómo hemos llegado hasta esta etapa? Hasta llegar a la pubertad y a la adolescencia hemos de recorrer un camino largo y significativo, el camino de la etapa infantil, que dura desde el nacimiento hasta los 11 años aproximadamente, momento en el que se sentarán las bases para poder seguir construyendo las demás etapas evolutivas.

Debido a la importancia que tiene la sexualidad durante la infancia y la relevancia de poder contar con la información necesaria, desde Áncora Gabinete de Psicología abordaremos este tema en las líneas de nuestro artículo de hoy.  En él hablaremos sobre qué es y qué se entiende por sexualidad infantil y educación sexual y ampliaremos dichos conceptos para darles la profundidad que merecen poniendo ejemplos que nos ayuden a enfrentarnos a nuestras propias vivencias. También, abordaremos las dudas más comunes en referencia a la educación sexual y la sexualidad infantil con el fin de que como padre, tutores o educadores os podáis sentir más seguros ante el reto de educar y que la etapa infantil sea superada de una manera saludable, facilitando un adecuado desarrollo psicosexual.

Puede ser que esboceis una sonrisa al leer estas preguntas o al recordar algunos de estos momentos vividos: “¿Papá, por qué Paula hace pis sentada?”, “mi nieta de 6 años quiere que cuando estoy los fines de semana con ella sea yo quien la ponga el pijama a pesar de saber solita”, “¿cómo entré en la tripita de mamá?”, “nuestro hijo de 2 años juega con su pene mientras lo baño”, “¿mamá, dónde está tu colita?”, “a nuestro hijo de 7 años le gusta despertarse mientras le acaricio la espalda”, “mi sobrina de 5 años al llegar a casa me dice que tiene novio”…. En muchas ocasiones estas cuestiones crean en los adultos un estado de desconcierto e incertidumbre, dudas, inseguridades e incluso incomodidad. En este artículo abordaremos toda una serie de cuestiones para que la sexualidad infantil pueda ser un camino que comprendamos y que vayamos recorriendo con seguridad.

Todos los ejemplos señalados en las líneas anteriores forman parte de la sexualidad, en concreto de la sexualidad infantil, siendo éste el camino preparatorio y  la puerta de entrada hacia las siguientes etapas que acontecen. Es importante tener en cuenta que la sexualidad existe a lo largo de todo el ciclo vital de la persona, expresándose y manifestándose de manera distinta en función de la etapa en la que nos encontremos. De tal forma que será diferente la sexualidad que vive el bebé, el niño, el adolescente o el adulto al llegar a la madurez y vejez. Al igual que también será diferente el cómo nosotros como padres y educadores la abordemos.

Sexualidad y Educación Sexual

Pero empecemos por el principio, ¿qué se entiende por sexualidad y educación sexual? Podemos tener la frágil idea de relacionar únicamente sexualidad con relaciones sexuales, procreación o las diferencias entre nacer hombre o mujer. Sin lugar a dudas esto también forma parte de la sexualidad, pero es una concepción que nos da una visión muy reducida y que deja fuera otros conceptos de gran valor. La sexualidad humana es un todo, un mundo complejo, en el que para hablar de ello de manera correcta debemos incluir no solo aspecto de conducta sexual y aspectos biológicos, sino también introducir lo psicológico. Dentro de este área psicológica hay cabida para el deseo, los sentimientos, las emociones y los afectos en relación con nosotros mismos y hacia los demás. Todo ello, sensaciones que no solo forman parte de la vida del adolescente y adulto, sino que también conforman el día a día del bebé y el niño, teniendo que darle por tanto el espacio y lugar que merecen.

Los sentimientos, los deseos y las relaciones afectivas que experimente el niño con sus personas de apego, serán el referente para él, marcando parte del modo en el que se relacionará de manera física y afectiva en su edad adulta y lo que irá conformando su propia identidad sexualidad. Un concepto que nos ayuda a comprender bien lo que se quiere transmitir en estas líneas es el de cercanía emocional. Estar emocionalmente cerca de alguien, cerca de un hijo, es atender a sus peticiones con empatía, estar disponible con agrado y complicidad, escuchar no solo a su voz, sino también sus gestos, comprender lo que siente y  necesita, estar a su lado y acompañarlo generando un espacio íntimo y en algunos momentos únicos, en el que los hijos puedan sentir una auténtica conexión afectiva con sus padres que va acompañada de ese contacto físico (M. Mateo Morales y B. Represas, 2007)

Pongamos un ejemplo, “mi nieta María de 6 años quiere que cuando estoy los fines de semana con ella en casa, la ponga yo el pijama al irse a la cama a pesar de sabe solita”. María ya es autónoma y aprendió hace tiempo a ponerse el pijama sola, pero los fines de semana su abuela pasa tiempo con ella en casa y María pide a su abuela que le ponga el pijama. María siente durante ese tiempo como su abuela la “mima”, la viste, le hace alguna cosquillita, sintiendo sensaciones de placer que están ligadas no solo al contacto sino también al cuidado, al cariño, al momento único de compañía y de intimidad que entre ellas se ha creado. En esta situación la abuela de María está respondiendo con empatía a la necesidad de ésta de sentir ese momento de cercanía y de calor con el que su abuela es capaz de responder.

Habiendo aclarado que se entiende cuando hablamos de sexualidad, hemos de definir el concepto educación sexual. La educación sexual no es únicamente una mera transmisión de información que queda supeditada a un momento puntual, y que se transmite de un modo casi enciclopédico en referencia a determinados temas que nosotros como padres o educadores creemos importantes para su edad. La educación sexual debe entenderse como un proceso gradual, que comienza igualmente con el nacimiento del bebé y continúa, teniendo siempre presente el momento evolutivo de los niños. La educación sexual engloba una serie de valores, creencias en relación a determinados temas, actitudes, juicios o prejuicios; también se trata de lo que el niño percibe y aprende en su familia en relación a la sexualidad, en definitiva, son las ideas, pensamientos y sentimientos que nosotros como adultos tenemos de la sexualidad y somo capaces de transmitir.

Dudas más frecuentes en la etapa infantil

En relación a la educación sexual pueden surgir multitud de dudas; vamos a intentar despejar algunas muy comunes, dando herramientas que nos pueden ayudar a enfrentarnos a determinados momentos de la sexualidad de nuestros hijos.

– ¿Cuál es el momento más adecuado para tratar determinados temas en relación a la sexualidad? El momento para tratar los diferentes temas nos lo irán indicando ellos mismos, los niños desde temprana edad van teniendo curiosidades, inquietudes, miradas, señalan sobre lo que quieren saber,  por lo que en algún momento saltará la oportunidad que nos marque el momento. El momento idóneo puede ir de la mano de una pregunta directa o bien cuando exploran su cuerpo o lo comparan con el de los demás, en este momento será muy importante que estemos atentos a estas señales y sepamos responder a su demandas.

Cuando los niños preguntan o se interesan por algo, por ejemplo “Manuel de 4 años, pregunta a su mamá por qué su amiga Paula hace pis sentada”, es cuando están mostrando interés, es ahora cuando necesita aprender, están abiertos a atender a tu respuesta y nos están brindando una oportunidad de generar un clima de confianza para seguir preguntando o explorando. Debido a su edad, Manuel no necesita una gran explicación, pero sí que él sienta que se le presta atención y su duda queda contestada, siendo una respuesta adecuada que las niñas hacen pis sentadas porque tiene vulva y tu de pie porque tienes pene como otros niños.

-¿Cuál es la mejor actitud con la que se afronta y gestiona la educación sexual de nuestros hijos? Al igual que en otras áreas, es difícil saber qué es lo ideal a la hora de abordar un tema o dar una respuesta, pero la actitud que mostremos si es un aspecto universal que nos puede ayudar a hacerlo de la mejor manera posible.

Los niños por pequeños que sean, aunque son ingenuos por falta de información, saben captar los aspectos más subjetivos de la relación con ellos, es por ello que una actitud adecuada es un bien muy preciado. Cuando el niño sienta interés, explore o pregunte, es necesario esforzarse en abordar su pregunta en el aquí y el ahora, si no sabemos algo no debemos preocuparnos, podemos buscar la respuesta explicando al niño que ahora no le podemos contestar y preguntándole, cuando sepamos la respuesta será el momento adecuado para retomar la conversación. Es fundamental el poder tratar el tema con claridad y normalidad, conteniendo en la respuesta la verdad, ya que podemos confundir al niño usando términos mágicos o imaginativos. Atender sus peticiones con agrado, considerando sus tiempos, generando un clima de explicación ante los hechos o situaciones y no de prohibición ayuda a generar un entorno de comunicación y no de culpabilidad ante su sexualidad.

– ¿Qué terminología o formas de expresión son más adecuada en la educación sexual infantil? El vocabulario que se use para tratar las dudas que los niños plantean más o menos explícitas, o para abordar temas que pueden surgir en relación con la sexualidad en el día a día, puede ser un tema que genere dudas en los padres.

Como hemos indicado en otros apartados, la naturalidad debe ser la forma por excelencia de abordar estos temas, siempre adaptándose a su edad y nivel de comprensión.¿Qué hay más natural que llamar a cada cosa por su nombre desde el primer momento?. Al igual que para llamar a otras partes del cuerpo no usamos otros términos, ¿por qué usarlos para referirnos a los genitales? Los niños deben llamar al pene, los testículos y la vulva por su nombre, ayudando con ello a no confundirse cuando se utilicen estos términos en conversaciones o explicaciones en otros contextos fuera de la familia, en los que se debieran llamar igual. También, si se quiere utilizar algún diminutivo u otro nombre para designar a los genitales, sería oportuno aclarar y que el niño sepa que en casa la familia los llama así, pero que tienen otro nombre que todo el mundo conoce y que también se puede usar.

Los términos que usamos para explicar determinados temas en la infancia deben ser siempre acordes a su nivel de comprensión, nunca subestimando su entendimiento, pero hemos de procurar no ir más deprisa que ellos en nuestras aclaraciones. Es importante dar respuestas breves y claras,  adecuadas a la edad del niño y adaptándose al interés y curiosidad que éste muestra; podemos tratar de simplificar una respuesta para que el niño la pueda entender como punto de partida, e ir agregando más adelante detalles y vocabulario para profundizar en el tema, pero nunca dejar una pregunta sin contestar. También debemos dar cabida en la comunicación, a los términos que tiene que ver con la expresión de sentimiento (amor, amistad, tristeza, alegría, vergüenza…), con la valoración de uno mismo y la autoestima,  la higiene o la salud.

– ¿Quienes son los responsables directos de la educación sexual de los menores? Otro aspecto importante dentro de la educación sexual infantil, de gran peso debido a esta sociedad de información y tecnología es la cuestión que proponemos sobre quiénes son los responsables directos de la educación sexual. Las personas de apego y de referencia para el niños, que generalmente son los papás y mamás, o familiares más cercanos son los responsables directos de su educación sexual. El área escolar, social y otras fuentes educativas como pueden ser los medios de comunicación, internet, redes sociales, etc., son solo componentes complementarios a las ideas, pensamiento y sentimientos que la familia será capaz de transmitir.  

La educación sexual debe ser planteada y recogida en primer lugar por el núcleo familiar. Son los padres los que deben responder a las peticiones directas o indirectas de los hijos y desde la familia los hijos deben poder llevar conformadas las inquietudes, evitando que sean otras fuentes en quienes quede delegada esta función. La familia es el filtro, toda la información con la que se bombardea a los niños no siempre es la adecuada, o su manera de percibir e interpretar muchas veces no se ajusta a la realidad. Por lo que es de gran valor fomentar desde la familia un espacio de comunicación abierto, tolerante y respetuoso en relación a la sexualidad y todo lo que en ella engloba. Os dejamos este enlace que os llevará hasta un libro lleno de cuentos para que a través de la lectura compartida en familia podáis tener la oportunidad de tratar juntos temas tan primordiales como la afectividad, la relaciones humanas o la salud sexual.

La sexualidad, al igual que otros hitos dentro de la etapa infantil, no es un camino recto, ni llano, sino que es un camino algo sinuoso y con cuestas que alcanzar, un camino de esfuerzos y retos, pero también gratificante, que tanto la familia como los propios niños tienen que ir aprendiendo a superar.
En Áncora Gabinete de Psicología os acompañamos a recorrer todos estos momentos e hitos dentro de la infancia y la adolescencia para que como caminantes se haga más fácil y seguro el andar. Si tenéis dudas o inquietudes, en relación a la sexualidad infantil o deseáis profundizar más sobre éste y otros temas relacionados, no dudéis en mandar un correo a info@psicologosancora.es o escribir en los comentarios del blog, estaremos encantados de leerlos y atenderlos.