El día mundial del ictus se celebra anualmente el 29 de Octubre. Las cifras señalan que uno de cada seis españoles va a sufrir un ictus a lo largo de su vida, pero, a pesar de estos datos, muchas personas aún no saben qué es y cuáles son sus causas.

¿QUÉ ES EL ICTUS?

El ictus es un conjunto de  enfermedades cerebrovasculares que se producen por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar.

Este grupo de patologías, conocidas popularmente como embolias, también se denominan accidentes cerebrovasculares (ACV) y se manifiestan súbitamente. El ictus es el equivalente a un infarto de corazón, pero en el cerebro.

Existen dos tipos principales de ictus.

Los Isquémicos: Producidos por la obstrucción de vasos sanguíneos, que impiden el riego en una parte del cerebro.

Los Hemorrágicos: causados por la rotura de ramas arteriales y la consiguiente hemorragia cerebral. Se producen con menor frecuencia pero tienen una tasa de mortalidad mayor.

SEÑALES DE ALARMA.

La detección precoz del ictus es fundamental para diagnosticar qué tipo de accidente cerebrovascular es y suministrar el tratamiento adecuado lo antes posible.

Las seis señales de alarma del ictus son las siguientes:

  1. Pérdida de fuerza en la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.
  2. Trastornos de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.
  3. Pérdida súbita de la visión parcial o total, en uno o ambos ojos.
  4. Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse, cuesta articular y ser entendido por quien lo escucha.
  5. Dolor de cabeza de inicio súbito, de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
  6. Sensación de vértigo intenso, inestabilidad, desequilibrio o caídas bruscas inexplicadas, si se acompañan de cualquiera de los síntomas descritos con anterioridad.

Ante la sospecha de un ictus, se debe acudir o ser trasladada lo antes posible a un hospital donde pueda recibir atención neurológica urgente, preferiblemente, un hospital que disponga  de unidades de ictus.



Las primeras tres horas desde el inicio de los síntomas son claves: cuanto más rápido se actúe, el paciente tendrá más probabilidades de recuperarse y menos de quedar con secuelas o de morir.

SECUELAS DE UN ICTUS

Las secuelas del Daño Cerebral Adquirido se pueden clasificar en cinco grupos:

Problemas en el nivel de alerta: Tras un Trastorno Craneoencefálico o un Accidente Cardiovascular severo, frecuentemente se produce una pérdida de conciencia o coma.

La cognición: es la capacidad de aprender, reflexionar o tomar decisiones de acuerdo a un razonamiento. Implica funciones superiores como la atención, la concentración, la orientación, la memoria… Los problemas de cognición pueden ser transitorios y reversibles, y puede conllevar problemas como que la persona no pueda orientarse en el espacio, que sea incapaz de fijar información nueva, tener lagunas de memoria, o ser incapaz de fijar la atención más que unos segundos.

Comunicación: si se producen lesiones en el hemisferio dominante (por lo general, el izquierdo), se podrían dar algunos de los siguientes problemas:

  • Afasia sensitiva: dificultad para comprender el lenguaje verbal.
  • Alexia: Incapacidad para leer.
  • Afasia motora: dificultad para emitir un lenguaje comprensible para quienes le rodean.
  • Anomia: Dificultad para nombrar objetos cotidianos.
  • Disartria: Dificultad para encontrar los puntos de articulación de los diferentes fonemas, por lo que el discurso se vuelve incomprensible.
  • Disfonía: Dificultad con la emisión de la voz.

Los trastornos del lenguaje no suelen presentarse aislados, sino que lo hacen asociados. En algunos casos predominan los problemas de comprensión y en otros los de expresión.

Problemas de control motor: Las lesiones en las regiones frontales y parietales de los hemisferios cerebrales, así como las lesiones en el tronco cerebral, suelen provocar debilidad en la parte del cuerpo contraria a la del hemisferio cerebral lesionado. Hemiplejias (parálisis de la mitad del cuerpo), hemiparesias (pérdida de fuerza y tono de la mitad del cuerpo), disfagia (dificultades para tragar), dificultades en el control de esfínteres, dificultades en la coordinación de movimientos, son algunos de las posibles secuelas tras un Ictus.

Problemas en las emociones y la personalidad: Con frecuencia  asociado a la sintomatología del Ictus, la persona afectada por un Daño Cerebral Adquirido suele presentar inestabilidad en las emociones, depresión o pérdida de control de las mismas o de la conducta.   

Problemas en la recepción de la información: Debido a las secuelas que el daño cerebral pueda originar en las distintas estructuras cerebrales, pueden verse afectados distintos sentidos:

  • En relación a la vista: se pueden producir trastornos del campo visual (ceguera cortical, hemianopsia…); o trastornos de la convergencia visual (por ejemplo la visión doble)
  • En cuanto al olfato: Es común la pérdida de olfato (hiposmia o anosmia en función del grado de severidad del síntoma) y asociado al mismo puede aparecer la pérdida del sentido del gusto (ageusia).
  • En cuanto a la audición: Problemas de equilibrio,mareos…
  • En cuanto al tacto: Las lesiones localizadas en la región parietal de los hemisferios cerebrales condicionan frecuentemente trastornos de la sensibilidad.

QUÉ HACER TRAS EL ICTUS

Rehabilitación Interdisciplinar.

Habitualmente es necesario realizar una  la rehabilitación que integre la terapia física y ocupacional y, en casos concretos, también la rehabilitación del lenguaje (rehabilitación motora, rehabilitación cognitiva y rehabilitación conductual/emocional). La intervención ha de ser ser multidisciplinar, implicando a distintos profesionales (médicos rehabilitadores, neurólogos, médicos de cabecera, personal de enfermería, fisioterapeutas, logopedas, trabajadores sociales, psicólogos, etc.), además de a la familia del paciente y a sus cuidadores

Rehabilitación neurológica

La rehabilitación neurológica debe comenzarse desde el mismo momento en que la persona es dada alta de las UCIs o las Unidades de Ictus. La rehabilitación neurológica es una de las partes más importantes del tratamiento. Aspectos como la atención, la memoria, aspectos emocionales, y conductuales que a veces se pasan por alto, pero que regulan la vida del paciente que ha sufrido el Ictus.

Es importante entender que ningún programa de rehabilitación puede conseguir volver a una situación igual a la previa a sufrir el ictus y que su objetivo principal es el de ayudar al paciente a adaptarse a sus déficits.

Desde Áncora Gabinete de Psicología ayudamos a los pacientes en esta segunda fase tras el alta hospitalaria; a recuperar o mejorar estas funciones relacionadas con la cognición y a normalizar la nueva situación a la que se enfrenta el paciente, desde una visión integradora en la que se trabaja tanto con el paciente como con la familia.