Hoy compartimos con vosotros un par de metáforas que hablan sobre lo que sucede cuando tratamos de evitar el malestar. Como estas existen muchas otras utilizadas para la aceptación del malestar por la Terapia de Aceptación y Compromiso. Esperamos que os guste y os invitamos a reflexionar y compartir con nosotros vuestras opiniones.
El conductor del autobús.
Imagina que hay un autobús y tú eres el conductor. Dentro de este autobús tenemos a un grupo de pasajeros. Los pasajeros son pensamientos, sentimientos, sensaciones corporales y otros aspectos de tu experiencia. Están vestidos de negro y llevan navajas en sus manos. Lo que ocurre es que los pasajeros están continuamente diciéndote donde tienes que ir: “Tuerce a la izquierda, tuerce a la derecha…”. la amenaza que te hacen es que si tu no vas por donde ellos te mandan ellos se presentan en la parte delantera del autobús. Es un trato el que has hecho con ellos “Sentaros en la parte de atrás del autobús de manera que yo no os vea muy a menudo, y haré lo que me mandéis”. Un día te enfadas y dices “No me gusta esto, voy a arrojar a esta gente del autobús. Paras el autobús y vas hacia atrás para tratar con ellos. Pero nota que lo primero que has hecho fue parar. Nota que conduces a ninguna parte. Sólo estás tratando con estos pasajeros y son muy fuertes.
No tienen pensado abandonar. De vez en cuando tratas de calmarlos, intentando que se sienten atrás donde no los veas. Muy pronto no hace falta que te digan nada, tan pronto como los veas tuerces hacia la izquierda. Incluso crees que es la dirección que has elegido. Sin embargo hoy día todavía siguen presentándose por el pacto que hiciste en el pasado con ellos. Ahora el truco que ellos tienen es que el poder de los pasajeros está basado 100% en esto: “si no haces lo que te decimos, venimos y hacemos que nos mires”. Cuando vienen a la parte delantera es como si pudieran hacer mucho más. En otras palabras, intentando llevar el control abandonas el control. Date cuenta que aunque los pasajeros han amenazado con destruirte sino torcías a la izquierda nunca lo han hecho. Ellos no pueden hacer nada contra tu voluntad.
El invitado indeseado:
https://www.youtube.com/watch?v=z558qPdvYr4
¡Me han encantado ambas metáforas! Ahí os dejo mi reflexión personal.El autobús sería la vida. Y ese grupito de pasajeros (todo lo negativo) que intenta dirigir nuestra vida. Hemos encontrado una postura cómoda en la que aprendimos que evitándolos e ignorándolos en determinadas ocasiones teníamos el control sobre ellos, el problema surge cuando es tanta la presión que ejercen sobre nosotros que te encuentras acorralado, las cosas no tienen sentido, ya no lo controlas… y es cuando algo o alguien te hace parar e intentar enfrentarte a ellos, en ocasiones podrás bajarlos tú mismo, pero en otras necesitarás ayuda externa, porque les has dado tanto poder en el pasado (distorsiones, creencias, profecías autorrelizadas…) que por ti mismo te resultará prácticamente imposible, porque esos pasajeros aunque se bajen vendrán otros parecidos, con tú voluntad podrás aprender a lidiar con ellos, no enfrentándote a ellos, sino escuchando, analizando y finalmente actuando, ¡tú tienes los recursos!
A menudo habrá un Brian (problema) en nuestra vida, de nosotros depende que lección queremos sacar de él. Si hacer que se convierta en el centro de nuestro mundo o simplemente en algo que pasa y de lo cual podemos aprender.
Por cierto, espero que el taller tuviera todo el éxito que os merecéis.
¡Como siermpre gran artículo!
Muchas gracias por tu aportación Olga, creemos que con estas metáforas es más fácil entender como nos dejamos llevar por las emociones negativas por el mero hecho de tener miedo a sentirlas.
Nos alegra que disfrutes con nuestro blog :)
SInceremente, me han parecido tanto la metáfora del autobús como la historia del Invitado Indeseable excelentes. Y una forma al estilo ericksoniano de poder mostrarnos y monstrarles a los demás como intentar controlar algo incontrolable es justamente el problema y no la solución. La aceptación de lo que ‘es’ sin enjuiciamiento no sólo ayuda a poder ver las cosas desde otra perspectiva (como le ocurre al protagonista) si no que no da ‘poder’ a aquello que justamente intentamos quitarle fuerza.
Muchas gracias por el artículo, enhorabuena!