shutterstock_113216944¿Sales de una relación y te metes rápidamente en otra?, ¿tienes miedo a dejar a tu pareja y encontrarte solo?¿necesitas afecto constantemente para sentirte realmente querido y valorado?, ¿conoces a alguien que parece haber desaparecido de la tierra tras iniciar una relación sentimental? Si la respuesta a estas preguntas es sí, podríamos estar ante un caso de dependencia emocional.

La dependencia emocional es un motivo de consulta cada vez más frecuente. Muchos de los pacientes que acuden a terapia han presentado este problema a lo largo de todas sus relaciones. Estas personas experimentan gran malestar cuando se alejan de su pareja, necesitan de otros para ser felices, rompen con otras relaciones sociales importantes, e incluso, se ven envueltas en situaciones que son humillantes o potencialmente peligrosas para ellos. Por ello, nos parece importante mostrar las características que definen este problema de manera que aquellos que lo sufran puedan darse cuenta y dar un paso hacia la solución. Expondremos algunas de las pautas que han resultado más útiles en el trabajo con nuestros pacientes.

Cuando iniciamos una relación de pareja aparece una sensación de euforia que nos lleva a alejarnos del resto del mundo y a dedicarnos exclusivamente al cuidado de la persona amada. Dicha sensación es la responsable de que sintamos mariposas en el estómago, se nos acelere el pulso, percibamos que el tiempo pasa más rápido o nos parezca que todo es más bonito. Esto es normal en un primer momento, sobre todo si tenemos en cuenta que a nivel cerebral también se producen cambios. Por un lado, se activan áreas relacionadas con el sistema de recompensa del cerebro y se libera más dopamina, neurotransmisor que aumenta la sensación de felicidad y favorece la dependencia. Por otro lado, se desconectan áreas que se encargan del juicio crítico y las emociones negativas, de ahí el famoso dicho “el amor es ciego”. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, tendremos una imagen más realista de nuestra pareja y le aceptaremos tal y como es: el amor romántico pasa a ser más profundo y la complicidad y el apoyo mutuo adquieren un papel protagonista. Cuando esto no es así, cuando la necesidad del otro es siempre muy intensa y somos capaces de hacer cualquier cosa para satisfacer sus deseos y peticiones, anteponiéndolos incluso a los nuestros, existe el peligro de que suframos dependencia emocional.

Las personas dependientes no sólo lo son en sus relaciones de pareja, sino que también suelen presentar este problema con su familia o amigos. En cuanto al origen de esta forma de comportamiento, se sabe que un estilo de apego ansioso durante la infancia del individuo contribuye en buena medida a forjar una personalidad dependiente. Dicho estilo de apego se caracteriza por poner en marcha pautas educativas inconsistentes (a veces sobreprotectores y otras exigentes), hacer críticas que cuestionen la valía del menor o condicionar las muestras de afecto a buenos comportamientos (“si apruebas, mamá y papá te van a querer mucho”).

¿Qué aspectos caracterizan a las personas con dependencia emocional?

Al igual que en otros problemas psicológicos, en el caso de la dependencia emocional debemos tener en cuentas distintos aspectos. Una persona no es dependiente o no dependiente, sino que presenta más o menos características de este tipo de problema y solo en algunos casos va a ser considerado patología. No obstante, basta con que dichas características nos generen malestar o interfieran en nuestra vida para que decidamos pedir ayuda y poner fin a nuestro sufrimiento. Así, los aspectos que más definen a las personas dependientes serían los siguientes:

1. Miedo al abandono, lo cual les puede llevar a hacer cosas que no quieren o a anteponer los deseos de los demás a los suyos, con el objetivo de no poner en peligro la relación. Muchas veces esta forma de actuar es fuente de frustración, puesto que las personas dependientes esperan que los demás se comporten de la misma manera con ellos y no siempre es así.

2. Baja tolerancia a la soledad, de manera que es fácil que se vean envueltos en una sucesión ininterrumpida de parejas o que mantengan relaciones desequilibradas para seguir acompañados.

3. Deseo constante de acceder a sus parejas. Los dependientes emocionales suelen poner en marcha una serie de estrategias interpersonales de control, como son mensajes y llamadas frecuentes, supervisión del círculo social de la pareja y de sus redes sociales, etc. A largo plazo, lo más probable es que generen una sensación de agobio en el otro.

4. Necesidad de muestras de cariño continuas. Si estas no están presentes se considera una señal de que algo malo ocurre en la relación (infidelidad, desenamoramiento, etc.) y aumenta la sensación de inseguridad.

5. En algunos casos, no hay aceptación real del otro. A pesar de que lo intentan por miedo a perder a la pareja, no pueden entender que la otra persona no ofrezca ni necesite las mismas muestras de cariño que ellos demandan, por lo que poco a poco se va deteriorando la relación.

6. Baja autoestima, lo cual les lleva a considerar que no son válidos para tomar las riendas de su propia vida. Al no darse la oportunidad de comprobar que sí son capaces de responder con eficacia a los retos que se les plantean, suelen aparecer sentimientos de inutilidad, torpeza, falta de confianza, etc. Asimismo, estas emociones confirman la creencia de que necesitan de los otros para poder actuar satisfactoriamente.

7. Dificultades a la hora de tomar decisiones. Al principio suele ocurrir esto con decisiones de gran importancia, pero a medida que pasa el tiempo la situación se agrava y necesitan ayuda ante cualquier disyuntiva de la vida cotidiana. Esta característica podría deberse a la historia de aprendizaje de la persona, quien normalmente ha estado sobreprotegida en el entorno familiar, o bien al grado de idealización que esta tiene hacia el compañero/a sentimental.

8. Creencias rígidas e inflexibles, basadas en los mitos del amor romántico, acerca de cómo tiene que ser la pareja y la relación. Sin embargo, cuando surgen los problemas, se atribuyen a ellos mismos la culpa, creando así la falsa sensación de que pueden evitar la ruptura.

9. Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa, por lo que se distancian de otras relaciones sociales importantes y dejan en un segundo plano el resto de ámbitos de su vida.

10. Idealizan al compañero/a sentimental. Se considera a la pareja tan grandiosa y especial, que los dependientes ponen todos sus esfuerzos en que la relación vaya bien, ya que si se produjera la ruptura no podrían encontrar a nadie igual.

Podríamos decir que las características mencionadas anteriormente se corresponden con un perfil de dependencia emocional “estándar”. Sin embargo, aunque hasta ahora no ha recibido mucha atención por parte de los profesionales de la salud mental, nuestra experiencia clínica nos dice que existe otro tipo de dependientes emocionales mucho más dominantes, con un estilo de comunicación más agresivo, con una autoestima que parece más sólida y que aparentemente son muy independientes. Estas personas se caracterizan por presentar una fuerte ambivalencia, es decir, se observa una elevada hostilidad en sus interacciones, que va acompañada de una fuerte necesidad de afecto. Esta hostilidad no iría dirigida a hacer daño a la pareja, sino que tendría dos funciones principales: la de expresar el malestar que sienten por sus propias carencias y la de negarse a sí mismos la necesidad extrema que tienen del otro. En ocasiones, el miedo a la soledad es tal, que aunque son conscientes de que su relación no se ajusta a los objetivos que tenían, la mantienen en el tiempo, pagando su frustración con la persona que tienen al lado e intentando que sean sus parejas quienes se ajusten a sus objetivos. Si asumimos que esto es así te preguntarás: ¿cómo puedo saber entonces si tras la dominación no se esconde una fuerte dependencia? La realidad es que no podemos saber con certeza cuando algunos desprecios y humillaciones van acompañados de sentimientos “positivos”, y tampoco sería adecuado hacer una justificación de dichos comportamientos, pero este fenómeno se ve más claro cuando se produce la ruptura, ya que es en ese momento cuando la persona empieza a comportarse como el dependiente emocional “estándar” (presentan miedo al abandono, intentan recuperar la relación, prometen cambios, etc.).

¿Qué objetivos generales se persiguen en consulta para superar la dependencia emocional?

· Reforzar la autoestima. Para ello es importante tomar conciencia de quiénes somos, focalizar la atención en nuestras virtudes y tratar de cambiar las limitaciones que sean modificables. También resulta útil fijarse metas realistas que permitan comprobar que podemos avanzar y progresar.

· Fomentar relaciones sociales al margen de la pareja. Tener un círculo social con el que compartir experiencias distintas a las que se comparten con el compañero/a sentimental, ayuda a mantener un buen estado de ánimo, favorece que las interacciones de pareja sean más satisfactorias y amortigua el sufrimiento en caso de ruptura. Realizar actividades agradables en solitario y dedicarse tiempo de ocio también contribuye a conseguir otro de los objetivos mencionados: aumentar la sensación de bienestar personal y la seguridad en uno mismo.

· Tomar decisiones. Decidir sin estar seguro de que la opción elegida es la correcta es algo que asusta a la mayoría de las personas, pero tener en cuenta los pros y los contras, así como asumir que no existen decisiones perfectas, ayuda a “liberarse” de la parálisis que provoca la indecisión. Sobre todo ten en cuenta que el objetivo es encontrarse bien con uno mismo, tanto a corto como a largo plazo. Esto también es extremadamente importante en el caso de los dependientes más dominantes, ya que a menudo es esta incapacidad para tomar decisiones la que les lleva a frustrarse o a “castigar” la independencia de la pareja.

· Fortalecer determinadas habilidades sociales. Ser capaz de poner límites y de expresar nuestras opiniones de forma asertiva aumenta la sensación de control a la hora de relacionarse con los demás. En el caso de las personas con dependencia emocional disminuye la probabilidad de que mantengan relaciones desequilibradas y, por tanto, podría ayudarles a terminar con la relación en caso de considerarla poco satisfactoria. Taller Habilidades Sociales

· Cuestionar determinados pensamientos. Antes de sacar conclusiones precipitadas acerca del comportamiento de nuestra pareja o de nuestro grado de responsabilidad en los conflictos, es necesario pensar si las interpretaciones que hacemos se ajustan a la realidad.

Aunque estas pautas pueden parecer “sencillas”, superar la dependencia emocional no lo es. Sustituir los comportamientos que hemos llevado a cabo desde que éramos niños por otros que mejorarán notablemente nuestra calidad de vida y nuestras relaciones con los demás puede ser un proceso lento y costoso.Como ya hemos visto en este artículo, hay aspectos que podemos trabajar para lograrlo. En Áncora Gabinete de Psicología sabemos que salir de la “zona de confort” implica cambiar parte de quienes somos y superar el miedo que nos genera el riesgo y la incertidumbre. La experiencia con nuestros pacientes pone de manifiesto que la anticipación negativa que a veces hacemos del futuro, junto con la necesidad de cubrir necesidades que pudieran surgir a lo largo de nuestra vida (encontrar un buen padre o madre para nuestros hijos, conseguir estabilidad en nuestra casa, etc.) es lo que nos lleva a buscar desesperadamente la seguridad, prefiriendo así quedarnos con lo “malo conocido que con lo bueno por conocer”. Lo que no tenemos en cuenta es que cuando aplicamos esta filosofía también estamos limitando nuestro aprendizaje y cerrando la puerta a infinidad de oportunidades que podrían aumentar significativamente nuestro bienestar. Pedir ayuda a tiempo permite tomar conciencia de nuestra situación, adquirir nuevas perspectivas y gestionar mejor nuestros pensamientos y emociones. También puede prevenir problemas sociales y otros desajustes psicológicos como la depresión, la ansiedad o el consumo de sustancias, que empeorarían aún más la situación. Por ello, si crees que necesitas demasiado el afecto de otros para estar a gusto contigo mismo/a y te sientes desbordado/a emocionalmente, no dudes en consultarnos. En nuestro centro realizamos intervenciones ajustadas a cada problema y cada persona en particular, por lo que además de proporcionarte las pautas que se han mostrado más eficaces en estos casos, te ayudaremos a alcanzar tus propios objetivos con éxito, trabajando a su vez la motivación y los posibles miedos.

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