Desde 1910, el 8 de marzo de cada año, se celebra el Día internacional de la mujer. En este día se conmemora la lucha de las mujeres por reclamar derechos fundamentales que antes se les negaba, tales como el derecho a la integridad, al control del propio cuerpo, al sufragio, a ocupar cargos públicos o en el trabajo. Pero la adquisición de estos derechos, que hoy en día vemos como algo normal, ha sido posible gracias al esfuerzo y al sacrificio personal de muchas mujeres a lo largo de la historia.
Queremos sumarnos a la celebración con un artículo en el que veremos algunos aspectos de la psicología que afectan especialmente a las mujeres.
El papel que desempeña la mujer en la sociedad ha sufrido un gran cambio a lo largo de la historia, desde la recolección de frutos por el conocimiento que poseían sobre la flora en la prehistoria, hasta el ingreso masivo de las mujeres al mundo laboral en el siglo XX, pasando por diferentes épocas como la edad media en la que su principal función era realizar actividades agrícolas y ocupar cargos de criadas o sirvientas. Esto parece muy lejano, pero hasta hace relativamente poco tiempo no se le han concedido los derechos que hoy en día tienen; sin ir más lejos, en Francia hasta 1944 no se le concedió el derecho al voto. Actualmente, y con algunas diferencias entre las sociedades occidentales, podría decirse que hombres y mujeres gozan casi de los mismos derechos, aunque sigue habiendo ámbitos, como el salarial, donde queda camino por recorrer.
Acercándonos más a nuestro ámbito cabe destacar que existe una serie de diferencias en cuanto a los trastornos que son más característicos de cada sexo:
Los trastornos de ansiedad son más comunes en las mujeres ya que éstas presentan unos niveles de activación mayores que los hombres, como una mayor respuesta psicofisiológica al estrés, frecuencia de síntomas somáticos, y mayor sensibilidad ante síntomas de ansiedad. Aquí interviene la oscilación femenina de las hormonas reproductivas durante el ciclo vital de la mujer, que puede intervenir en la vulnerabilidad ante la ansiedad, y en la existencia de síntomas de mayor severidad y frecuencia.
Los trastornos que se desarrollan a partir de la violencia de género se pueden clasificar dentro del estrés postraumático. Las secuelas que surgen por dicha situación son múltiples, desde las más visibles como las físicas hasta las no tan visibles a primera vista como las psicológicas. Se pueden desarrollar problemas de autoestima, culpabilidad, sentimientos de vergüenza, etc. que pueden ocasionar trastornos tales como la depresión, la ansiedad, trastornos alimentarios, del sueño, disociativos, disfunciones sexuales o incluso llegar al abuso de sustancias. En sí, las características del estrés postraumático implican recuerdos recurrentes e intensos en forma de imágenes, pensamientos o percepciones (como olores o sonidos) del suceso traumático. Esto puede conllevar también pesadillas con malestar y terrores nocturnos. La persona tiene la sensación de que se está produciendo de nuevo dicho suceso, lo que produce un intenso malestar psicológico.
Los trastornos emocionales que surgen durante el embarazo y la depresión postparto suelen ser muy comunes pero no se les da la importancia que debería o no se acude a nadie para consultar a qué se deben esos cambios emocionales. Además aquí suele intervenir otro factor por el cual las mujeres no suelen acudir a consulta para resolver esta situación, y es la culpa. A veces el hecho de presentar un estado anímico característico de la depresión en el momento en el que están embarazadas o acaban de dar a luz a sus hijos, les hace sentir culpables, porque piensan que tener dichos sentimientos equivale a ser una “mala madre que no quiere a sus hijos” y sin embargo no tiene nada que ver, y debemos incidir en este aspecto que nos parece de gran relevancia; son unos cambios emocionales más comunes de lo que la gente piensa.
También relacionado con este tema, hay que destacar una especialidad de la psicología que trata temas relacionados con el ciclo evolutivo de la reproducción, llamada Psicología de la reproducción que abarca temas como la reproducción asistida y los factores que modulan el malestar emocional en infertilidad y no olvidarnos del duelo perinatal.
Uno de los trastornos más comunes en las mujeres son los de la alimentación. Los más característicos son la anorexia y la bulimia, que comienzan sobre todo en adolescentes de entre 15 y 24 años. Suelen desarrollarse por las expectativas culturales que tiene la sociedad sobre el ideal de peso y patrones de belleza establecidos, etc. y aquí intervienen los medios de comunicación, los tallajes que se venden en las tiendas, la venta de cosméticos para mantenerte joven etc. Todo esto supone una gran presión hacia las mujeres y lo que se espera de ellas. Este tipo de trastornos suelen ser más característicos en los países desarrollados, que en otros contextos geográficos donde no se desarrollan estos trastornos, es más, allí está bien visto tener cierto peso, ya que el hambre es una gran preocupación. Esto además se agudiza cuando se presentan ciertas características psicológicas como la personalidad (obsesiva y/o dependiente), un determinado ámbito familiar o el rol que desempeña cada uno en ellos.
Cabe destacar que el contexto es de gran importancia, la mayoría de los trastornos mencionados se dan en nuestra sociedad de occidente al igual que los derechos mencionados de los que goza la mujer de hoy en día. En otras partes del planeta y en otras sociedades, desgraciadamente, las mujeres se encuentran en una situación de total desigualdad.
En Áncora Gabinete de Psicología estamos especialmente sensibilizados con estos aspectos que consideramos muy importantes y que, como afectan de forma diferente a cada persona, nos gusta tratar de manera personalizada. Si hay alguno de estos temas que te gustaría que tratáramos con más profundidad pon tu sugerencia en los comentarios. Hacemos este blog entre todos.
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