Hoy, 1 de diciembre, se celebra el Día Internacional de la Acción contra el Sida. Este día se celebró por primera vez el 1 de diciembre de 1988, ya que se declaró este año como el «Año de la Comunicación y la Cooperación sobre el Sida» en la Cumbre Mundial de Ministros de Salud. Su objetivo principal era dar  a conocer los avances contra esta pandemia.

Con motivo de la celebración de este día, queremos realizar en este post una breve conceptualización de la enfermedad, resaltar la importancia de la prevención y mencionar los factores que puede afectar a la adherencia terapeútica.

Sida vs. VIH

Seguro que todos habéis oído hablar sobre el SIDA o el VIH, pero, ¿Sabéis la diferencia entre ambos y en qué consisten?

El VIH es el Virus de Inmunodeficiencia Humana, mientras que el Sida es el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Esto quiere decir que el Sida es un estado avanzado de la infección provocada por el VIH, en el que aparece un progresivo deterioro del sistema inmunitario (aquel que nos protege de diferentes enfermedades).

La transmisión del virus se puede realizar por tres vías: sexual, sanguínea y de madre a hijo. Actualmente no existe una cura para esta enfermedad, a pesar de que ha mejorado considerablemente la calidad de vida de las personas infectadas, por lo que en este día nos gustaría centrarnos en la importancia de los programas de prevención.

Desde el año 2000 y gracias a los programas de prevención del VIH, según la ONU se ha reducido un 35% los casos de nuevas infecciones, mientras que en niños la disminución es del 58%. Siguiendo con cifras dadas por la ONU, se ha producido una disminución del 42% de las muertes por VIH desde el año 2004, punto máximo de muertes por este virus.

A pesar de todas estas cifras tan esperanzadoras, actualmente hay 15,8 millones de personas afectadas por el VIH recibiendo tratamientos antirretrovirales y se calcula que unos 36,9 millones están infectadas.

Prevención

La mejor forma de prevenir el avance de esta epidemia es la información a los jóvenes, ya que el desconocimiento sobre sus vías de transmisión lleva a la falta de protección y por tanto al aumento del número de infectados.  Además, el hecho de que el virus pueda estar latente durante varios años y por tanto las personas infectadas no muestren síntomas, hace que la propagación sea mayor. Es de vital importancia concienciar a la población de que la ausencia de síntomas no implica la ausencia de enfermedad y de la importancia que tiene realizarse pruebas periódicamente.

Es por todo esto que una buena educación sexual en los colegios ayudaría a tomar conciencia sobre la importancia del uso del preservativo, no sólo como medio para el control del embarazo, sino como protección ante todas ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual).

Algunas de las formas de prevención son:

  • Uso correcto del preservativo
  • Realización de s las prueba del VIH
  • Información sobre los riesgos de las distintas prácticas sexuales
  • No compartir instrumentos que hayan estado en contacto con la sangre de otras personas (jeringuillas, agujas, cepillos de dientes, cuchillas…)

Atención Psicológica

Una vez una persona descubre que es seropositiva la atención psicológica puede resultar fundamental. Debemos tener en cuenta la emocionabilidad negativa que aparece por ser una enfermedad mortal (especialmente depresión, ideación suicida, ansiedad y estrés), y además, en el caso del VIH, el estigma y el rechazo social. Será importante que el tratamiento psicológico se de en todas las fases de la enfermedad: diagnóstico, toma de medicación, aparición de los efectos secundarios de la medicación, aparición de enfermedades oportunistas y, en algunos casos fase terminal y duelo de la familia.

Adherencia al tratamiento

Para un adecuado control de esta enfermedad, va a ser necesaria un adherencia muy elevada al tratamiento, pues si no hay un adecuado cumplimiento de este será más probable un aumento de la carga viral y mayor riesgo de sida. Estudios demuestran que entre un 33% y un 86% de las personas que toman antirretrovirales presentan problemas de adherencia.

Debemos tener muy en cuenta los principales factores que dificultan el logro de la adherencia, pues las consecuencias de no tomar adecuadamente el tratamiento pueden ser fatales para la persona que sufre la enfermedad. En el caso de reunir varios de los siguientes factores, sería recomendable contar con la ayuda de un psicólogo.

  • Depresión, ansiedad o sentimientos de desesperanza.
  • Alto consumo o adicción a drogas o alcohol.
  • Déficit de autoestima
  • Miedo a comunicar la enfermedad y a tomar los medicamentos en público
  • Creencias o mitos relaciones con la toma de medicación
  • No confiar en la eficacia de los medicamentos
  • No confiar en las recomendaciones médicas
  • Rechazo a la toma de fármacos
  • Impacto de los efectos secundarios e incertidumbre sobre estos a largo plazo
  • Percepción de los síntomas de lipodistrofia (cambios anormales en la distribución de la grasa corporal). Este aspecto estigmatiza a las personas con Sida, pues es frecuente en este tipo de enfermedades y notablemente visible.
  • Falta de apoyo social
  • Aislamiento social

Trabajando estos aspectos en consulta se consigue un beneficio sobre la calidad de vida de las personas y sobre el curso y pronóstico de la enfermedad.

Nos gustaría conocer qué otros factores consideras importantes de cara a la prevención de la enfermedad. ¿Consideras que se nos ofrece toda la información necesaria? ¿Alguna vez te han informado sobre dónde ir a realizarte una prueba y las características de esta?