Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón no afectan solo a los pacientes que los sufren, si no que lo hacen a todos los que los rodean y muy especialmente a sus familias. Puede resultar muy frustrante ver como un allegado padece uno de estos trastornos y, desde casa, no sabemos ayudar y ni siquiera entender el problema. En este post vamos a ver una serie de consejos que nos pueden ayudar a manejar mejor esta situación.
Este decálogo está basado en el libro “Tratando Anorexia Nerviosa”, de Baile Ayensa y González Calderón.
- Asumir que el problema de la paciente es problema de todos los miembros de la familia y que lo que hagan o no hagan estos es la clave para que se recuperen o no.
- No culpabilizar a nadie, la anorexia nerviosa no tiene una única causa conocida: ni la relación con la madre, ni el tipo de familia, ni los caprichos de la hija… Es un trastorno muy complejo en el que intervienen numerosos factores.
- Desetiquetar a la paciente: no es “una anoréxica”, por ejemplo, es “Marta” con una enfermedad o trastorno de salud.
- Volver a valorar todos los aspectos positivos de la paciente, que van más allá de su problema con la alimentación, citarlos habitualmente y disfrutar de ellos.
- Eliminar la tensión asociada a los momentos de la alimentación. Durante las comidas queda prohibido, gritar, recriminar y discutir. En otros momentos del día las discusiones se moderarán y se reconducirán para que sean lo menos hirientes posible.
- Reforzar todos los avances, por pequeños que sean (pequeños incrementos en la ingesta de comida o reducciones en la actividad física), con comentarios positivos y elogios, mostrando sentimientos agradables.
- Ampliar las actividades que la familia realiza con la paciente, como las de tipo lúdico, fuera del contexto de la alimentación.
- Asumir que deberá actuarse con calma y paciencia, ya que la recuperación no va a ser fácil ni rápida.
- Incrementar la comunicación entre los familiares y entre estos y la paciente.
- Asumir que las indicaciones del terapeuta tienen como objetivo recuperar a la paciente, por lo que se respetarán y seguirán los términos que con él se acuerden para lograrlo.
En Áncora Gabinete de Psicología sabemos que este tipo de trastornos son cada vez más comunes en consulta. Por ello trabajamos también con las familias, tanto con las que acompañan a la persona directamente afectada, como con aquellas que solicitan ayuda sin que el paciente haya decidido ponerse en tratamiento. Hemos creado una unidad específica de alimentación formada por psicólogos especializados y un psiquiatra que enfocan la terapia teniendo en cuenta los múltiples factores que intervienen en el trastorno.
Puede que conozcas alguna familia que sufra o haya sufrido este problema. ¿Cómo manejan la situación?¿Crees que este decálogo les sería de ayuda? Pon un comentario y comparte tus opiniones. Nos encantaría que entre todos compartiéramos experiencias cercanas. ¡Gracias por colaborar!
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