La semana pasadas os hablamos sobre los pensamientos distorsionados y os citamos algunos de ellos. Esta semana seguimos hablándoos sobre estos pensamientos. Esperamos que os sea de utilidad.
- Falacia de justicia: con este tipo de pensamiento aplicamos las leyes sobre lo qué creemos que es justo o no, el problema es que raramente dos personas se ponen de acuerdo sobre lo que es justo y lo que no lo es, por lo que nos quedamos anclados en nuestro punto de vista y es difícil llegar a un acuerdo. Este pensamiento se expresa con frase del tipo “si me quisiera se molestaría en compartir mis intereses” o “si realmente le importase intentaría ayudarme.
- Razonamiento emocional: este pensamiento distorsionado aparece cuando tomamos por cierto lo que nuestras emociones nos dicen, cuando esto no tiene porqué ser así. Las emociones partes de los pensamientos, por lo que por sí mismas no tienen porqué ser veraces. Algunos ejemplos de este tipo de pensamientos son “me siento culpable y por tanto seguro que tengo la culpa” o “siento miedo de las arañas, las arañas son peligrosas”.
- Falacia de cambio: muy relacionada con la falacia de control ya que con este pensamiento distorsionado damos por hecho que tenemos el poder de cambiar a las personas cuando únicamente ellas mismas pueden cambiar. Para conseguir este cambio se suele presionar a las personas, hacerles sentirse culpables, exigirles cosas o intentar negociar, por lo que la persona a la que se intenta cambiar suele sentirse atacada.
- Etiquetas globales: consiste en la tendencia a generalizar una o dos cualidades sobre algo o alguien y evaluar en función a los estereotipos que tenemos. Pensamientos de este estilo son “las personas poco habladoras son aburridas” “los capitalistas destrozan el mundo”.
- Culpabilidad: cuando nos sentimos mal por algo tendemos a buscar un culpable ya que eso nos relaja ya que trasladamos a otra persona la responsabilidad sobre nuestros actos o decisiones. Este pensamiento también puede darse justo al contrario, semejante a la falacia de control, cuando una persona tiende a culparse de todo lo que ocurre a su alrededor.
- Los “debería”: este tipo de pensamiento es extremadamente común, tendemos a pensar que debemos comportarnos de acuerdo a unas normas y leyes establecidas y que cualquier cosa que se aleje de eso está mal. Esto no sólo lo aplicamos a nosotros mismos, también lo aplicamos a los demás, por lo que cuando no se comportan como nosotros pensamos que deben nos molesta. En muchas ocasiones utilizamos “debería” cuando en realidad sería más cierto utilizar “prefiero” ya que la mayoría de las cosas que hacemos son elecciones y no obligaciones, aunque nos las tomemos como tal. Ejemplos de este tipo de pensamiento son “debería ser la madre perfecta” “debería ir al gimnasio” “debería ser más eficaz en mi trabajo”…
- Tener razón: a todos nos gusta tener razón, está claro, pero cuando ese deseo de tener razón se convierte en una necesidad y nos hace incapaces de escuchar opciones alternativas es cuando se convierte en un problema ya que nos hace ser muy rígidos y estar constantemente a la defensiva.
- Falacia de recompensa divina: con este tipo de pensamiento las personas actúan esforzándose y sacrificándose porque esperan que en algún momento serán recompensados y cuando esta recompensa no llega se sienten frustrados y ofendidos ya que no sienten que nadie esté valorando su esfuerzo.
¿Os sentís identificados con alguno en especial?
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