Project Description

Toda medida educativa depende del contexto, del niño y de lo que queremos conseguir. Por este motivo, las modificaciones en nuestra manera de educar deben provenir del conocimiento de ciertos principios educativos básicos y del análisis de cuáles son las respuestas más adecuadas para cada situación concreta. Esto nos permitirá desarrollar una especie de sexto sentido que nos ayude a tomar las decisiones correctas en el momento oportuno.

Los niños deben tener:

  • Un castigo para:

  1. Conductas muy negativas y poco frecuentes (por ejemplo, hacer novillos si jamás lo ha hecho antes).

  2. Por incumplir con una buena conducta que ya estaba establecida y ya no requiere esfuerzo mantener.

  • Aprobación sin más para aquellas conductas positivas consideradas ya adquiridas y que no requieren un esfuerzo especial.

  • Un premio para conductas que requieren esfuerzo.

A continuación os proponemos leer los siguientes aspectos básicos para diferenciar cuando premiar o castigar a vuestros hijos o si lo estáis haciendo de una manera adecuada y así resolver esas dudas que muchas veces como padres os preguntáis “¿le habré castigado demasiado tiempo?, ¿habré sido demasiado duro?, es muy pequeño… “ “le estaré consintiendo si le doy siempre lo que me pide?”…etc:

1.- PARA AUMENTAR O CONTINUAR CONDUCTAS ADECUADAS: LOS PREMIOS:

Constituyen unos estímulos que se utilizan y se aplican para aumentar conductas en la educación de los niños. Ver la tele, recibir dinero, ir de excursión, las sonrisas, abrazos, elogios, buenas notas, etc. son premios. Según el momento y el tipo de persona deberán ser siempre distintos. Dar a un niño un euro tan pronto como acabe de hacer sus deberes, sería un ejemplo del uso de una recompensa o premio, si puede ver la tele tan pronto como haya ordenado su habitación, el premio en este caso seria la TV.

Hay premios que interesan a todos y gustan siempre además de ser más adecuados y recomendables como son la alabanza, la atención, el cariño y el afecto, que nos hagan caso, la preocupación por sus cosas.

2.- PARA ELIMINAR CONDUCTAS PROBLEMÁTICAS PODEMOS UTILIZAR:

  • RETIRADA DE ATENCIÓN:

Esta técnica consiste en dejar de prestar atención al niño cuando está haciendo la conducta problemática. Si sólo nos fijamos en el niño con regañinas y reproches él tenderá a portarse mal para recibir nuestra atención.

  • EL REFUERZO DE CONDUCTAS INCOMPATIBLES CON LA CONDUCTA A ELIMINAR:

Consiste en reforzar al niño sólo las conductas contrarias con la conducta problemática. Si el niño se levanta sistemáticamente de la mesa cuando está comiendo, utilizaremos el refuerzo positivo (alabanza, prestar atención) cuando realice la conducta de estar sentado en la mesa.

  • EL AISLAMIENTO O TIEMPO FUERA:

Significa colocar al niño en un lugar donde no exista ninguna posibilidad de recompensa, durante un período de tiempo fijado de antemano que, en general, no excederá de 2 a 5 minutos (un minuto por edad). Por ejemplo, si le dejamos en su cuarto por haberse portado mal más de 15 minutos perderemos la eficacia del aislamiento y el niño no asociará u olvidará por qué le habíamos mandado a su habitación. Además si le mandamos a su cuarto y en su cuarto tiene distracciones o juguetes le estaremos premiando sin darnos cuenta por la conducta problemática que queríamos corregir.

  • EL RETIRO DE RECOMPENSAS:

Cuando al niño se le retiran reforzadores que tiene en su poder. Ejemplo: Al realizar una conducta problemática al niño se le retira la paga del domingo.

  • EL CONTRATO:

Es un acuerdo entre ambas partes en cuanto a conductas a modificar y los premios a conseguir. Se utiliza con niños más mayores y adolescentes.

  • EL CASTIGO:

Es el último recurso para conseguir que algo se haga o deje de hacerse.

�� Ventajas: Funciona si: es inmediato, ocurre siempre que se cometa la falta, es conocido y es corto.

�� Inconvenientes del castigo:

– Sólo funciona con el castigador presente. Provoca agresividad en el castigado.

– Puede pensar que no se le quiere. Aparecen reacciones de inseguridad, angustia y resentimiento.

Recordar que PADRE Y MADRE deben de estar de acuerdo cuando premien o castiguen.

3. Podemos tener en cuenta una serie de normas generales para enseñar o modificar conductas a nuestros hijos:

1.- Proponernos un objetivo concreto a conseguir por el niño y definirlo claramente. Ejemplo: «Quiero que llegues a casa a las 9 de la noche».

2.- Ayudar al niño a realizar la conducta elegida presentándole una señal física o verbal en el momento exacto en que debe realizar la conducta adecuada, no después de realizarla incorrectamente.

3.- Que la recompensa a utilizar sea del gusto del niño, suficiente, se dé después de la conducta deseada y pueda ser controlada por los padres. Ejemplo: Ver un programa de TV. que al niño le gusta después de hacer los deberes.

4.- Emplear en el aprendizaje inicial de la conducta deseada recompensas materiales y actividades que gustan al niño. Aplicar la recompensa «inmediatamente después de darse la conducta deseada y explicar el motivo del premio. Después ir cambiando las recompensas materiales por alabanzas y halagos. Después ir demorando e intercalando las mismas. Finalmente, la conducta se hará por la satisfacción que conlleva el realizarla.

5.- Reforzar todas las conductas que se aproximan a la deseada. Ejemplo: Reforzar el hacer mejor la letra aunque todavía tenga deficiente caligrafía. Reforzar el que se pelee menos con otros.

6.- Crear un clima de tranquilidad y respeto entre padres e hijo dónde los diálogos sean frecuentes. Juzgar los hechos, no a las personas, y admitir las faltas por ambas partes.

7.- Reforzar siempre las conductas positivas del niño para aumentar la seguridad y autoestima. Valorar además los intentos que el niño hace por conseguir la conducta adecuada.

8.- Exponer de forma positiva los contratos y acuerdos que hacemos con los hijos, especificando la conducta a realizar y la recompensa que conseguirá si la efectúa.

  1. REFLEXIONES EN TORNO AL MANEJO DE PREMIOS Y CASTIGOS UTILIZADOS CON LOS HIJOS:

1.- ¿ Me acuerdo de premiar, valorar, alabar de algún modo las mil cosas que los chicos hacen bien?

2.- ¿Qué premios doy de palabras, de gestos, de cosas?

3.- ¿Conozco, pregunto a cada hijo qué prefiere, qué le gusta, qué le hace ilusión?

4.- ¿Hago promesas de recompensas a largo plazo?

5.- ¿Doy la recompensa antes de cumplir lo acordado?

6.- ¿Si a pesar de que le regaño y castigo por hacer algo, el niño lo sigue haciendo, qué está sacando de positivo?

7.- ¿Al hacer caso, premio, refuerzo, con mi atención gritos, pereza, peleas, etc.?

8.- ¿Dejo bien claro y avisado con tiempo QUÉ es lo que se va a castigar?

9.- ¿Utilizo expresiones como «No tienes arreglo». «Estoy de ti hasta…” «Si te perdieras qué a gusto…»?

10.- ¿Cumplo los castigos, me dejo ablandar?

11.- ¿Hay acuerdo entre padre y madre para cumplir promesas o castigos? ¿Para premiar o castigar las mismas cosas?

12.- ¿Utilizo el castigo poco, como último recurso?

13.- ¿Repito órdenes y chillo cien veces al día?

  1. ALGUNOS PRINCIPIOS BÁSICOS PARA EDUCAR BIEN

  1. NOSOTROS somos los educadores, el colegio sólo complementa.

  2. EDUCAR BIEN es enseñar a: conocer las posibilidades, desear crecer, aceptar nuestras limitaciones y nuestras virtudes de forma sana, es enseñar a vivir.

  3. Educar bien es ENSEÑAR A ADAPTARSE A TODAS LAS SITUACIONES: BUENAS Y MALAS.

  4. Educar NO ES PROPORCIONAR EXPERIENCIAS BUENAS Y AISLARLE DE LAS MALAS. ES AYUDARLE A APRENDER DE ELLAS.

  5. Para educar bien NO EXISTEN RECETAS, se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza.

  6. Educar es una TOMA DE DECISIONES CONSTANTE.

  7. Nuestras decisiones están muy influidas por CÓMO HEMOS SIDO EDUCADOS.

  8. Ser conscientes de ello ayuda a educar más sensatamente.

  9. Educar bien a un hijo NO ES COMPENSARLE POR LO QUE NOSOTROS NO HEMOS RECIBIDO EN NUESTRA NIÑEZ. “Los chicos no nacen con tus carencias ni necesidades, no se las crees”.

  10. Debo ser consciente de LO QUE ME TRANSMITIERON CUANDO ME EDUCARON.

  11. Debo EDUCAR EN EL PRESENTE CON PERSPECTIVA DE FUTURO.

  12. UNA MALA ACTUACIÓN AHORA SE PAGA CON CRECES EN EL FUTURO.

  13. NO DEBO ANGUSTIARME. Si no puedo, busco ayuda.

  14. Para educar bien es necesario tener SENTIDO COMÚN.

  15. Muchas veces necesitaremos una VISIÓN OBJETIVA DESDE FUERA.

  16. No dudes en pedir orientación educativa aunque el problema parezca pequeño.

  17. NO EXISTEN LOS SUPERPADRES, todo el que te comente que su relación con su hijo es perfecta, puede ser que necesite aparentar o que no quiera ver los problemas.

  18. NADA ES LO MISMO para un hijo que para otro.

  19. Educar bien no es buscar las mismas condiciones para todos, sin es DAR A CADA HIJO LO QUE NECESITA. Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a laso hijos a crecer aceptando la individualidad de cada uno.

  20. Educando, VOY A COMETER ERRORES.

  21. NO HAY ERROR QUE NO SE ENMIENDE.

  22. Puedo rectificar SIN PERDER LA AUTORIDAD.

  23. No importa lo que sucedió en el pasado, SI HAY PROBLEMAS HAY QUE “COGER EL TORO POR LOS CUERNOS”

  24. Sé POSITIVO. Dile a tu hijo lo que te gusta y pon un límite a lo que no te gusta.

  25. Un niño es una antena parabólica constante. SE ENTERA DE TODO, LO IMITA TODO. El niño APRENDE MÁS DE LO QUE VE QUE DE LO QUE DECIMOS.

  26. El mayor deseo del niño es CONTROLAR EL ENTORNO.

  27. En el entorno también estamos NOSOTROS. Controlar nuestras reacciones les fascinará, incluso aunque sea a costa de que nos enfademos con él (“mamá siempre se pone colorada cuando hago esto…”).

  28. El niño necesita LIBERTAD CONDUCIDA.

  29. Si nosotros no PONEMOS LÍMITES a su conducta, lo hará él.

  30. NUNCA DEBO MENTIRLE. Si le enfrento a aquellas cosas que no le gustan pero que debe aceptar, le preparo para asumir la realidad.

  31. SI LE MIENTO LE HARÉ UN INMADURO (necesitará que le disfracemos las cosas para aceptarlas) Y UN INSEGURO (si no puedo fiarme de mis padres ¿de quién me puedo fiar?).

  32. Debo explicarle las cosas (casi siempre) y de forma breve.

  33. A veces los niños necesitan un “PORQUE LO DIGO YO”

  34. Levantar castigos o encubrir los errores sólo es SOBREPROTECCIÓN. Las personas sólo aprendemos de nuestros errores si vivimos las consecuencias de los mismos. CREAREMOS CHICOS INMADUROS INCAPACES DE ENFRENTARSE A LA FRUSTRACIÓN.

  35. EL MAYOR DESEO de un niño es que papá y mamá ESTÉN PENDIENTES DE ÉL.

  36. La atención que le prestamos es nuestra mejor arma. QUIÉN SABE CÓMO Y CUÁNDO PRESTAR ATENCIÓN A SU HIJO SABE EDUCAR.

Todos estos principios se pueden resumir en el siguiente pensamiento:

En nuestra actuación como educadores debe traslucirse el siguiente mensaje:

  • SÉ QUE PUEDES

  • POR ESO TE ENSEÑO Y TE EXIJO

  • Y COMO SÉ QUE TE CUESTA ESFUERZO, TE LO RECONOZCO.

Con respecto a la necesidad de los niños de acaparar atención, parecen seguir ciertos principios básicos:

  1. ES ESTUPENDO QUE TE HAGAN CASO

  2. SI NO TE HACEN CASO ES QUE NO TE QUIEREN

  3. SI NO CONSIGO ATENCIÓN POR MIS BUENAS CONDUCTAS LA OBTENDRÉ POR MIS MALAS CONDUCTAS.

  4. MÁS VALE QUE ME CASTIGUEN Y SENTIR QUE SE OCUPAN DE MÍ, QUE PASAR DESAPERCIBIDO.

¿CUÁNDO corremos el riesgo de que nuestra atención hacia las conductas negativas del niño esté haciendo que aumenten en lugar de que disminuyan?

Cuando no reforzamos las conductas positivas por leves que sean y sólo nos fijamos en las negativas:

  • Cuando sólo nos dirigimos a nuestro hijo para hablar de los deberes, para mandarlo a estudiar y regañarle por haber llegado tarde.

  • Cuando sólo vamos a ver al profesor cuando ha suspendido.

  • Cuando sólo ponemos profesor particular cuando ya el curso está mal, no para organizarle a principio de curso e irlo eliminando después.

  • Cuando está jugando tranquilo en su cuarto y respiramos de tal paz que nos olvidamos de él hasta el momento en que nos importuna de nuevo o hace algo malo.

  • Cuando contamos delante de él las mala jugadas que ha hecho a los amigos y sólo comentamos lo negativo.

  • Cuando, de los resultados de sus esfuerzos, sólo destacamos lo que le sale mal.

  1. ORIENTACIONES PARA AUMENTAR CONDUCTAS ADECUADAS Y DISMINUIR LAS INADECUADAS:

LO QUE SIEMPRE DEBEMOS HACER:

1.- Observar y describir conductas de forma clara y precisa como método para comprender el comportamiento de nuestros hijos. Proponernos un objetivo concreto a conseguir en el niño y definirlo claramente.

2.- Explicar al niño lo que deseamos que haga.

3.- Valorar positivamente (premiar y alabar) todo intento de realizar ese objetivo por parte del niño.

Emplear en el aprendizaje inicial de la conducta deseada recompensas materiales y actividades que gustan al niño. Aplicar la recompensa «inmediatamente después de darse la conducta deseada y explicar el motivo del premio. Después ir cambiando las recompensas materiales por alabanzas y halagos. Después ir demorando e intercalando las mismas. Finalmente, la conducta se hará por la satisfacción que conlleva el realizarla.

4.- Debemos ignorar, cuando sea posible, las conductas inadecuadas.

Reforzar siempre las conductas positivas del niño para aumentar la seguridad y autoestima. Valorar además los intentos que el niño hace por conseguir la conducta adecuada.

5.- Que los premios vayan después de haber hecho la conducta que queremos aumentar.

6.- Hacer hincapié en el hecho de que él vale y es bueno y puede cambiar sus conductas erróneas.

7.- Cumplir las promesas que hacemos y hacer lo que decimos.

8.- Crear un clima de tranquilidad y respeto entre padres e hijo dónde los diálogos sean frecuentes. Juzgar los hechos, no a las personas, y admitir las faltas por ambas partes.

9.- Ayudarles a solucionar sus problemas pensando con ellos posibles soluciones.

10.- Exponer positivamente nuestros deseos: “Cuando termines de comer te daré el pastel”. En lugar de decir “Si no comes no te daré el pastel”.

LO QUE NUNCA DEBEMOS HACER:

1.- Intentar persuadir con sermones.

2.- Recurrir a gritos, amenazas o arranques de cólera cuando se comporten inadecuadamente. Recordemos que estamos sirviendo de modelos.

3.- Intentar hacerles sentirse culpables mediante reproches o acusaciones.

4.- Compararle con otros.

5.- Prometerles cosas que nunca cumpliremos.

6.- Traficar con nuestro cariño. “Te quiero si…” “No te quiero si…”. El niño ha de saber que lo queremos siempre y que vamos a responder de él.

7.- Hacer cosas que interfieren con lo que decimos, por ejemplo, decirle: ”No grites” y nosotros como padres gritamos cuando nos dirigimos a él.

8.- Infravalorarle, sólo o delante de otros. El niño puede equivocarse, cometer errores, podrá ser castigado por ello… pero nunca porque sea malo o no valga.

  1. ESTILOS EDUCATIVOS QUE UNA FAMILIA PUEDE ADOPTAR CON SUS HIJOS.

Para finalizar, y de forma breve, haremos una mención a los estilos educativos, ya que está más que demostrado que la conducta de los padres influyen decisivamente en la conducta de los hijos. Sirva este último apartado para hacer un autoanálisis de nuestra forma de educar como padres y madres ¿en qué estilo me suelo encontrar?:

PERMISIVO

DEMOCRATICO

AUTORITARIO

Control

Deficitario

Blandura

Ansiedad

Adecuado

Firmeza

Autocontrol

Excesivo

Intransigencia

Ira

Afecto

Excesivo

Sobreprotección

Indulgencia

Adecuado

Comprensión

Apoyo

Deficitario

Hostilidad

Rechazo

Comunicación

Excesiva

Irregular

Inconsistente

Adecuada

Recíproca

Participativa

Deficitaria

Unilateral

Problemática

Autoritario: Es decir con normas muy rígidas, frecuentes castigos, siendo inflexibles.

Consecuencias: Un niño huraño, agresivo, con poca iniciativa, con una autoestima baja y también será autoritario.

Sobreprotector: Cuando se intenta controlar la vida de los hijos a través del afecto, no se ponen límites o son poco claros, siempre solucionan los problemas de los hijos.

Consecuencias: Niños dependientes, sin autonomía y poco tolerantes a aceptar frustraciones.

Permisivo-negligente: No exigen responsabilidades, no afirman su autoridad, no ponen normas, no les orientan para que tomen decisiones.

Consecuencias: Hijos irresponsables, con poco autocontrol, con baja autoestima.

Inconsecuente: Son aquellos padres que se manifiestan inestables en sus comportamientos, son poco coherentes, no son capaces de hacer lo que exigen a los demás, no tienen normas claras ni fijas.

Consecuencias: Los niños se vuelven ansiosos, inestables, indefensos y desconfiados.

Democrático: Satisfacen las necesidades afectivas de sus hijos, los aceptan tal y como son, razonan y negocian las normas, les enseñan a través del propio ejemplo, les ponen límites claros, favorecen la comunicación y el diálogo, son capaces de reconocer sus errores y aceptarlos para mejorarlos.

Consecuencias: Niños más seguros de sí mismos, son capaces de compartir y aceptar sus responsabilidades, no son fácilmente manejables, tienen buenas relaciones sociales.