METODOLOGÍA

metodologíaPodríamos decir que nuestro procedimiento de trabajo consta de cinco fases:

– En la primera, el objetivo primordial será el de recoger la información relevante acerca del problema motivo de consulta, se analizarán las causas que han podido originar el problema, los factores que lo están manteniendo hasta la actualidad y las consecuencias que dicho problema origina en el paciente.

– En una segunda fase, una vez recogida la información, habrá una devolución de información al paciente, donde se expondrán claramente los objetivos y técnicas que se van a llevar a cabo.

– La tercera fase y más importante, la intervención. El objetivo es dotar al paciente de las herramientas necesarias para que sea el mismo quien pueda solventar sus dificultades en el futuro. Se trata de ofrecerles pautas, mejorar sus recursos de afrontamiento, habilidades. Ofrecer técnicas que ayuden a conseguir nuestros objetivos.

– Antes de pasar a la última fase del tratamiento, es importante trabajar en la prevención de recaídas. Se le prepara al paciente para hacer frente de manera eficaz a las dificultades que pueda encontrar y que pudiera ponerle en situación de riesgo ante una posible recaída.

– La última fase, es el seguimiento. Una vez conseguidos los objetivos propuestos, las sesiones se irán distanciando en el tiempo. Ya que nuestro objetivo final es que el paciente sea autosuficiente y sea el mismo quien se ayude a si mismo.Las técnicas que adquieren nuestros pacientes les ayudan a conocerse mejor a sí mismos, entender su manera de pensar, apreciar la influencia que tienen en sus emociones y conductas. El paciente así da el primer paso para el cambio, comprende porque se siente mal, qué le está ocurriendo y de esta manera empezar a poner en marcha las estrategias adquiridas en las sesiones. Dado que cada uno de nosotros nos comportamos de manera diferente ante las mismas situaciones, siempre hay que tener en cuenta más aspectos de cada paciente en relación a su ambiente, emociones, reacciones físicas, pensamientos, historia previa, recursos de afrontamiento… una lista de factores que analizamos en la evaluación, para el diseño de un tratamiento adecuado.

La duración de la terapia cognitivo-conductual suele ser breve. Esto es debido a que este tipo de terapia se centra en la situación actual del paciente, y es en el presente donde se le intenta dotar al paciente de herramientas para resolver sus conflictos. Es fundamental saber el origen de los problemas para entender ciertos comportamientos y actitudes, pero en ningún caso la intervención se centrará en el pasado, lo importante es intervenir en el presente para conseguir cambios inmediatos, persistentes en el futuro.

En cuanto a la frecuencia de las sesiones depende de diversos factores, desde el motivo de consulta, hasta factores personales del paciente. No obstante podemos establecer una periodicidad habitual de sesiones semanales. Las cuales se irán distanciando en el tiempo a medida que el paciente ponga en marcha lo aprendido, experimente una mejoría progresiva y se vayan alcanzando los objetivos establecidos. Por último se pasará a una fase de seguimiento donde las visitas serán mensuales.

ORIENTACIÓN

Foto CENTRO ORIENTACIÓN-ret

Nuestra intervención está basada en una orientación cognitivo-conductual. Este tipo de terapia está considerada como una de las de mayor aceptación y mejora en el tratamiento de una gran variedad de trastornos o problemas psicológicos. Este tratamiento se basa en la idea de que son nuestros pensamientos, nuestras conductas y las consecuencias de éstas, las que originan y mantienen los conflictos. El cambiar cómo pensamos es un camino eficaz y práctico para cambiar cómo nos sentimos. Es decir, aprendiendo a controlar nuestra mente, aprendemos a controlar nuestra vida.

Pese a que nuestra orientación se base en la terapia cognitivo conductual, consideramos muy importante la integración de técnicas de distintas orientaciones psicológicas, como las utilizadas en la terapia de Tercera Generación . Para una adecuada individualización de los tratamientos es importante conocer y ser capaz de aplicar distintas técnicas en función de las características de las personas con las que se está trabajando y el motivo de consulta que presenten. Un profesional en el campo de la psicología debe formarse continuamente, aprendiendo y usando las técnicas que la evidencia empírica vaya demostrando eficaces.