La bulimia es un problema cada vez mayor en sociedades como la nuestra, tanto por la gran importancia que le damos a la imagen corporal, como por la moda de la delgadez femenina. Se trata de un trastorno cuyas causas son muy complejas, influyen variables biológicas, psicológicas y sociales, pero la mayoría de los estudios coinciden en que un importantísimo factor de riesgo es el estar haciendo una dieta estricta. Esto es así porque la dieta estricta favorece la aparición de atracones y las consiguientes purgas.

Un atracón es una ingesta de una cantidad excesiva de comida en un periodo de tiempo corto acompañada de una sensación de pérdida de control sobre lo que se come. Suelen darse como consecuencia de un hambre intensa, causa de una dieta severa, así como por un estado de ánimo bajo o ansioso. 

Dieta restrictiva

Seguidos a estos atracones aparecen sentimientos de culpa por haberse saltado la dieta y una preocupación intensa por aumentar de peso debida a la gran cantidad de comida ingerida (generalmente alta en calorías), por lo que aparecen conductas compensatorias: ayuno, vómito autoinducido, uso de diuréticos y laxantes o práctica de ejercicio excesivo.

Los estudios realizados sobre la bulimia dicen que afectan a entre un 1 y un 3% de las mujeres jóvenes, mientras que en los hombres el porcentaje es 10 veces menor.

CICLO BULIMIA

Como podemos ver, el factor más importante es la preocupación por el peso y la figura. Esto lleva a realizar dietas estrictas y muy rígidas, lo que a su vez predispone a darse atracones. Si tenemos en cuenta la preocupación por el peso, es lógico pensar que después de los atracones aparecen sentimientos de culpa y miedo a engordar, por lo que surgen las conductas compensatorias. Por otro lado, los vómitos autoinducidos son considerados por la persona como una herramienta eficaz para mantener el peso, lo que facilita que se produzca un nuevo atracón.